Se trata de un compromiso solemne hecho a Dios de seguir los consejos evangélicos, propuestos por Jesucristo, de pobreza, castidad y obediencia, por medio de una donación total a Cristo y a la Iglesia.
Son modos de realización humana y de integración entre los hombres, pues los votos son medios para alcanzar la fraternidad.
Los votos deben ser cumplidos de acuerdo con las normas de cada Congregación.